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HISTORIA DE LA NFL

A cara o cruz con el 'coin toss' de los partidos de NFL

Desde 1892 se celebra en el football un ritual tan elemental y sencillo como es lanzar una moneda al aire justo antes de los partidos.

MadridActualizado a
A cara o cruz con el 'coin toss' de los partidos de NFL
James D. Smith/Dallas Cowboys

El próximo jueves 8 de septiembre, en Mile High de Denver, tres minutos antes de las 20.30 horas, se celebrará un ritual tan elemental y tan sencillo como es lanzar una moneda al aire. Un ritual que se lleva ejecutando desde la época de los romanos, que apostaban a navia aut caput. Un procedimiento empleado para resolver empates entre candidatos políticos (Canadá, Filipinas o el Reino Unido) y la clase de senador asignada (Estados Unidos). Un sistema sencillo y práctico utilizado en multitud de deportes para elegir bien el campo, bien el saque inicial o, incluso, el ganador del encuentro en caso de empate, como ocurrió con las semifinales del Europeo de 1968 entre Italia y la Unión Soviética, pasando a la final los transalpinos tras ganar el capitán italiano Giacinto Fachetti el lanzamiento de la moneda del árbitro Tschenscher. Cricket, béisbol o esgrima utilizan también este sistema para decidir desempates o el inicio del juego. Un juego de azar –a pesar de los estudios de Diaconis, la mecánica de Lagrange o el proceso de Bernoulli- que en el 99% de las ocasiones no da ningún tipo de problemas…salvo en la NFL, claro.

El lanzamiento de moneda ha decidido el vencedor en muchos deportes, como en el caso del fútbol.
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El lanzamiento de moneda ha decidido el vencedor en muchos deportes, como en el caso del fútbol.

Desde 1892, el gridiron profesional emplea el «head» o «tail» para decidir el equipo que inicia el juego. Entre ese año y 1921, eran los capitanes de los equipos los encargados de lanzar la moneda, hasta que en 1921, se atribuyó esa facultad al árbitro principal, al que más adelante se le unió el back judge y el field judge. La moneda se lanzaba al aire, y mientras ésta volaba, el capitán del conjunto visitante gritaba head o tail. En 1946 se incluyó la previsión de que el sorteo se celebraría antes de que cada equipo abandonara el campo después del calentamiento. Al año siguiente, se acordó que el lanzamiento de la moneda debía ejecutarse 30 minutos antes de iniciarse el partido, regla que se derogó en 1976, indicándose que el coin toss se celebrara tres minutos antes del kick off. Desde 1998 –a raíz del affair Luckett-Bettis-, la elección del lado de la moneda debe hacerse antes de que la misma vuele y no durante el mismo, como se hacía anteriormente.

Hasta este año, la Regla 4 del Libro de Reglas de la NFL, en su Sección 2 –«Comienzo de un periodo o una mitad»-, contemplaba en su artículo 2 el procedimiento del lanzamiento de moneda:

«No más de tres minutos antes del kickoff de la primera mitad, el Referee, en presencia de los capitanes de ambos equipos (con el límite de seis por equipo, activos, inactivos u honorarios) lanzará una moneda en el centro del terreno de juego. Antes de que el árbitro lance la moneda, la selección de “heads” o “tails” debe ser efectuada por el capitán del equipo visitante, o por el capitán que designe el árbitro si no hubiese equipo local. A menos que el ganador del sorteo aplace su elección a la segunda mitad, se debe elegir una de las dos opciones, y el perdedor la otra. Los dos privilegios son:

1. La oportunidad de recibir el kickoff o efectuar el mismo; o

2. La elección del campo que su equipo quiera defender.

Sanción: en caso de incumplimiento: pérdida de la opción del sorteo para las dos mitades y la prórroga, y pérdida de 15 yardas desde el lugar de pateo y sólo en la primera parte.

Para la segunda mitad, el capitán que perdió el sorteo tiene la opción de elegir entre los dos privilegios referidos (a) o (b), a menos que uno de los equipos perdieran sus opciones en la primera y segunda mitad, o menos que el ganador del sorteo antes del partido hubiese aplazado su elección a la segunda mitad, en cuyo caso se debe elegir (1) o (2) anterior. Inmediatamente antes del comienzo de la segunda mitad, los capitanes de ambos equipos deben informar al árbitro de sus respectivas opciones. La primera elección de un capitán de cualquier privilegio alternativo mencionado anteriormente es definitiva y no está sujeta a cambios»

Como decía, hasta esta última temporada, los problemas del coin toss respondían a varios tipos de incidentes: aspectos relacionados con las dotes adivinatorias de algunos capitanes; cuestiones de inteligibilidad por parte del árbitro de la elección hecha por el correspondiente capitán; la posibilidad entre 6000, que la moneda caiga de canto; la genialidad de los entrenadores y… Joe Namath. Pues amigos, además de estos ejemplos, aún la NFL nos ha deparado un último y alucinante problema con el sorteo. Pero vayamos por partes.

La nieve fue protagonista en el partido de Wild Card en el Lincoln Field.
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La nieve fue protagonista en el partido de Wild Card en el Lincoln Field.

El 8 de diciembre de 2013, el Linconl Financial Field de Filadelfia recibe a los Lions con una ventisca sideral y una sensación térmica de 11 grados bajo cero. Ed Hochuli, el legendario árbitro con bíceps de linebacker, durante la ceremonia de sorteo, y ante las extremas condiciones meteorológicas, advirtió a los capitanes de forma escasamente ortodoxa: «si cae de canto, la vuelvo a lanzar». Pues bien, la moneda se clavó en la nieve de canto y hubo que volver a lanzar la moneda al aire, habiendo ya el capitán hecho su elección. Como para llevarle la contraria.

Si asombroso fue el aterrizaje de esa moneda en el nevado Lincoln Field, no menos impactante fue la capacidad prescientiva de Matt Hasselbeck en el Wild Card de la temporada 2003. Quien no recuerda aquel 4 de enero de 2004 en Lambeu Field, cuando a falta de 51 segundos para terminar el partido los Seahawks lograron empatar a 27 con los Packers de Favre. Durante el sorteo previo al OT, el quarterback de Seattle formuló una de esas frases para el mármol: «We want the ball, and we're gonna score!» Bien, Matt, bien, ahí tienes el balón. Al Harris interceptó el óvalo y retornó para 52 yardas anotando el touchdown que le dió el pase a los Packers. Y es que a veces es mejor mantener la boca cerrada.

El Sr. Hochuli estuvo a punto de protagonizar un esperpéntico episodio en los playoffs del año pasado.
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El Sr. Hochuli estuvo a punto de protagonizar un esperpéntico episodio en los playoffs del año pasado.Bob Leverone

En el capítulo de la interpretación de las palabras de los capitanes, lo de Hochuli es para que se lo haga mirar. El 3 de enero de 2015, en el NFC wild card a disputar en el Bank of America Stadium, los Cardinals, como equipo visitante pidió tail, y cuando la moneda se posó sobre el césped con el tail hacia arriba, Hochuli se dirigió al Panther Thomas Davis para que eligiera opción. Sólo la rápida intervención del capitán de Arizona, Campbell, evitó el desastre provocado por Hochuli al confundir el beneficiario del sorteo.

Unos meses después, de nuevo el mismo trencilla fue objeto de polémica en el Eagles-Dallas disputado en el AT&T Stadium el 8 de noviembre de 2015. Aquel SNF entre tan enconados rivales acabó con empate a 27 al final de los cuatro periodos. El safety Maragos, como visitante, fue preguntado por Hochuli por su elección, tras lo cual el árbitro-abogado-culturista anunció: «tails, tails is the call, tails is the call». La moneda voló y cayó del lado del tail. Filadelfia recibió el balón y en el primer drive, Bradford conectó con Matthews un pase de 41 yardas anotando y ganando el partido.

En ese momento las redes sociales se colapsaron de mensajes de aficionados de los Boys clamando justicia ante lo que para ellos era una evidente manipulación-despiste-imprudencia de Hochuli, pues todos habían oído heads y no tails en la boca de Maragos. Aquí les dejo el audio. Opinen ustedes.

Ahora bien, ¿quiere controversia en el coin toss sobre lo que dijo o no dijo un capitán en la ceremonia del sorteo? No diga entonces confusión, diga Phil Luckett. A medio Pittsburgh se le atragantó el pavo aquel Thanksgivingday de 1998, cuando el árbitro Luckett, tras lanzar la moneda antes de la prórroga entre Steelers y Lions, y salir tails, lo que había pedido Jerome Bettis, el capitán acerero, sin embargo el ínclito Luckett sostuvo que en realidad había dicho heads, dándole la opción de elegir a los Lions. La confusión fue sensacional. Bettis insistía una y otra vez en que había dicho tails alto y claro. Carnell Lake, el otro capitán steleer, se echaba las manos a la cabeza ante lo inaudito de la situación, mientras la cara de Cowher era un poema y los comentaristas repetían «unbelievable, unbelievable». El caso es que los Lions anotaron un field goal y se llevaron el partido merced a esa posesión injustamente otorgada por el inepto, sordo o malvado Luckett. La trascedencia de la cagada tuvo tal repercusión que el incidente ha sido parodiado en los maravillosos anuncios de Papa John's pizza, con el CEO John Schnatter y Jerome Bettis como capitanes y Peyton Manning en el papel de árbitro. Absolutamente genial el anuncio y el making off.

Pero no siempre la culpa la tienen los árbitros. En ocasiones a los head coach les dan ataques de entrenador y pasa lo que pasa. En la semana 12 de la temporada de 2002, el HC de Lions, Marty Mornhigweg, ordenó que a pesar de ganar el sorteo de la prórroga, rechazaran el balón y eligieran jugar a favor del fortísimo viento que soplaba en el Memorial Stadium a pesar de que el 73% de las veces el ganador del sorteo gana el partido en la prorroga y de contar en sus filas con Jason Hanson, uno de los pateadores más potentes de la liga. La genialidad les costó el partido a Lions, tras la conversión del primer field goal del que dispusieron los Bears.

Pero no carguemos las tintas con el actual QB coach de Ravens. Genios de la categoría de Bill Bellichick también han tomado decisiones inexplicables durante los sorteos. Y si no que se lo digan al confuso y atolondrado Slater, cuando siguiendo las indicaciones de su entrenador, rechazó el balón en el overtime contra Jets, en la semana 16 de 2015, dándoles las oportunidad de anotar y llevarse el partido, como a la postre así fue. «Pensamos que era lo mejor» fue la lacómica respuesta del gurú de Foxboro.

Joe Namath. Le adoro. Adoro todo de él. Especialmente su legendario abrigo de pieles que sacó del armario para ser el lanzador de la moneda invitado del XLVIII Super Bowl. Quien iba a decirle a Broadway Joe que la 221 intercepción de su carrera se iba a producir precisamente ese día y que el interceptor no sería un end o un cornerback, sino el Referee Terry McAulay. La secuencia es impagable. Todo el planeta escucha atentamente las indicaciones de McAuley, quien enseña a la cámara la moneda conmemorativa. A continuación invita a Namath –que espera junto a Simms- a que lance la moneda. Y éste, ni corto ni perezoso y probablemente con algún espirituoso de más en el cuerpo, la tira al cielo de los Meadowlands mientras el árbitro se lanza como un poseso a atraparla en al aire antes de que caiga al suelo, pues ni Wilson ni Farewell habían elegido aún su opción. Hay unos segundos ciertamente violentos hasta que McAulay explica el olvido Namath y vuelve a lanzar la moneda, esta vez, sí, tras escuchar la opción de los capitanes de Seattle.

Y por fin llegamos a la madre de todos los sorteos y que incluso ha provocado una nueva enmienda en el citado artículo 2 de la Regla 4. Situémonos. Divisional de la NFC en Phoenix, entre Cardinals y Packers. A falta de 1.55 para el final, la posición de campo de Green Bay es absolutamente desesperada. 4 y 20 en su propia yarda 4 con 20 a 13 en contra en el marcador. Abróchense los cinturones. Rodgers elude las minas en su propia end zone y suelta el brazo encontrando a Jeff Janis nada más y nada menor que 60 yardas más allá. 1 y 10. Pase incompleto. 2 y 15. Aaron lanza un Hail Mary y sí, Janis la vuelve a atrapar a falta de 5 segundos. Lo ha vuelto hacer, como la temporada pasada frente a Lions. El partido está empatado. Y el 'must' de los coin toss está a punto de empezar. Como equipo visitante, el árbitro, Clete Blakeman le da la oportunidad a Rodgers para que elija y éste pide tails, viendo que Blakeman muestra en su mano la moneda con el head visible. El árbitro lanza la moneda y esta sube pero no rota, cayendo tal y como fue lanzada, es decir con head como ganador. Inmediatamente Rodgers y el resto de la capitanía quesera protesta ante la ausencia de giro de la moneda y Blakeman decide repetir el lanzamiento, pero sin dar la oportunidad los Packers de cambiar o mantener expresamente su elección original. Tras este segundo lanzamiento, ya con giro, la moneda cae otra vez del lado de head y Cardinals elige recibir el kick off, que a la postre sería decisivo para su victoria.

Adviértase que en ninguna parte del citado artículo 2 aparece la palabra «giro» ni tampoco se especifica en modo alguno la forma en que ha de efectuarse el lanzamiento. En otras palabras, Rodgers tenía por tanto razón de manera parcial, pues nunca hubo de haberse repetido ese lanzamiento, aunque la moneda no hubiese girado en el aire, y en caso de que se repitiera, como así fue, lo justo debería haber sido que se volviera a consultar al capitán visitante para una nueva elección o mantener la que hizo. No obstante, recuérdese que el primer lanzamiento –legal, a pesar de no rotar la moneda- daba la posesión a Cardinals, por tanto, tampoco estaría de más que Rodgers se quejara menos del árbitro y orientara más sus críticas a una unidad defensiva que permitió una carrera de 75 metros de Fitzgerald que nunca debería haber progresado hasta la yarda 5, con la colección de placajes errados más sonrojante de la historia de la franquicia.

El escándalo del pasado mes de enero en Phoenix ha provocado una nueva enmienda en la regla del coin toss, añadiendo que en caso que la moneda no girara en el aire o el sorteo se alterase de alguna forma, el árbitro deberá lanzar de nuevo la moneda. La elección original del capitán no podrá ser cambiada.

Llegados a este punto, les ruego me hagan un favor: tomen una moneda, y reúnan a su padre y a su madre, a su mujer y su hijo/a, a sus hermanos, a dos amigos o a dos compañeros de trabajo. Mariano, tu haces de árbitro, Kallás y Pepe de capitanes. Ruéguenle a uno de ellos que elija cara o cruz y repita usted su elección. Después lance la moneda al aire apoyándola en el dedo pulgar y haciéndola voltear. Permita que caiga a la moqueta o al parqué de su casa, oficina o redacción del diario AS. Vea lo que ha salido y conceda la posibilidad de elegir a quien haya ganado. ¿Es esto tan complicado, coño?!