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Previas MLB 2017: Tampa Bay Rays

Su esencia: La fábrica de talentos y sorpresas

Los Tampa Bay Rays se iniciaron en las Grandes Ligas con diez años consecutivos en la última plaza de su división, pero han llegado a ser competitivos.

Actualizado a
El Tropicana Field ha sido un dolor de cabeza constante para los Tampa Bay Rays.
Mike EhrmannGetty Images

La franquicia más joven de Grandes Ligas no tiene mucho de que jactarse, al fin de cuentas, tuvo uno de los inicios más complicados al ubicarse en el sótano de su división en sus primeras 10 temporadas, en las que nunca tuvieron más de 71 triunfos. Repentinamente, vino una racha de seis años con marca ganadora en el que hicieron sus cuatro viajes a playoffs y su única visita a Serie Mundial. A pesar de su joven historia, han gozado de cierto éxito en otros aspectos, como la detección de talentos como Evan Longoria, Josh Hamilton y David Price, así como el reclutamiento de leyendas en su ocaso que buscan despedirse en el cálido clima de Florida, como Fred McGriff, Wade Boggs y José Canseco.

Propietario: Stuart Sternberg **

Para un apasionado del béisbol como Sternberg debe ser frustrante el estado actual de su equipo. Y más frustrante es el hecho de que la afición no lo ayuda a mejorarlo. Ante las nulas posibilidades de un nuevo inmueble que genere más ingresos, no sería sorpresa si Sternberg decide vender el equipo o trasladarlo a otra ciudad.

Manager General: Erik Neander ***

Neander es el miembro más reciente en el movimiento de gerentes jóvenes enfocados en la ciencia de la sabermetría. Con tan solo 34 años de edad y con una nómina ajustada, la más baja de la Liga Americana, a Neander le espera un complicado desafío en el futuro previsible. Por lo pronto, ya jaló del gatillo en un movimiento que podría afectar en gran medida a la franquicia con la adquisición de José de León, el lanzador prospecto de los Dodgers, con la esperanza de que esté listo para contribuir de inmediato. En su primera temporada al frente, Neander toma a un equipo que perdió 12 juegos más con relación a 2015 y le urge revertir esa tendencia.

Entrenador: Kevin Cash **

Como jugador durante su carrera de ocho años en Grandes Ligas, Cash fue de esos receptores que no bateaban mucho, o prácticamente nada, pero a los que no les faltó trabajo por sus capacidades defensivas. Resulta que todo equipo es reflejo de su manager. Los Rays actualmente sufren de ese mismo problema, poca eficiencia con el madero y un pitcheo que sufre a consecuencia del poco respaldo. En su primera temporada pudo mantener la inercia de Joe Maddon para un récord de 80-82, el segundo año fue un desastre de 68 victorias. ¿Podrá cambiar la historia con una campaña más de experiencia? Por lo pronto, los nombres en el roster apuntan a una mejoría.

Su gran estrella: Evan Longoria

Desde que inició su carrera en 2008, Longoria ha sido un rayo de luz en la ofensiva de los Rays y la campaña anterior alcanzó un nuevo nivel al imponer una marca personal con 36 cuadrangulares. A ello le sumó 41 dobles, cuatro triples y 98 carreras producidas.

Estrella ofensiva: Brad Miller

En un intento por encontrar el lugar en el que su guante estorbe lo menos posible, Miller se ha desempeñado en ocho posiciones distintas en sus tres años y medio en Grandes Ligas. Para su bate, por otro lado, siempre habrá un lugar, especialmente tras lo demostrado en 2016. Miller superó la campaña anterior su total de los dos años y medio previos al conectar 30 jonrones, para sumarse a sus 81 carreras producidas. Está claro que tiene poder, pero el camino al estrellato no está completo pues aún debe trabajar un par de aspectos. En tres campañas completas, nunca ha pasado del .260 de bateo, y mucho menos ha negociado más de 50 pasaportes en una sola campaña. Pero con 27 años, aún hay lugar para mejorar.

Pitcher estrella: Chris Archer

No hay mejor ejemplo en Grandes Ligas de lo engañoso que puede ser el registro de ganados y perdidos en un pitcher que el caso de Chris Archer. Las 19 derrotas que sufrió el año pasado, o la foja de 41-51 en su carrera, no cuentan ni la mitad de su historia. Fue segundo en la Liga Americana con 233 ponches a cambio de apenas 67 bases. Esa es la clase de resultados que se obtiene cuando se cuenta con una recta que acaricia el triple dígito y un slider de strikeout. Pero Archer fue el más afectado por la peor ofensiva del ‘joven circuito’, al contar con apenas 3.48 carreras de respaldo. A pesar de que tuvo efectividad de 4.02 en su carrera, el promedio de carreras limpias admitidas se mantiene en 3.51 en su toda su trayectoria.

Tropicana Field: La prisión que lastra a los Rays

Durante sus 19 años de historia, la asistencia al Tropicana Field ha ido en descenso continuo con cada temporada mientras que el rendimiento del equipo va, en su mayor parte, en sentido opuesto. Queda claro que el producto en el campo no es el responsable, y que el único culpable de la peor asistencia en Grandes Ligas, es el Tropicana Field. Es casi imposible conjuntar una novena competitiva si no se generan ingresos, y si no hay pronto un nuevo estadio, es posible que tampoco haya equipo. Así de fácil.

Mortal para los diestros

El campo cubierto de los Rays es uno de esos estadios que favorecen a los lanzadores y es especialmente cruel para los bateadores diestros, a los que les cuesta horrores sacarla del estadio. También favorece los strikeouts pero que esté Chris Archer ayuda. 

DESCARGA EL PDF DE LA PREVIA DE LOS TAMPA BAY RAYS.