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BOXEO

Las cinco claves de la debacle de Chávez Jr. ante Canelo

Canelo dio una auténtica exhibición ante Julio César Junior. El ‘hijo de la leyenda’ no ganó ni un asalto, varios errores le condenaron desde el inicio
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Actualizado a
Canelo Alvarez golpea a Julio Cesar Chavez Jr. durante el combate entre ambos en el T-Mobile Arena de Las Vegas.
JOHN GURZINSKIAFP

Saúl ‘Canelo’ Álvarez y Julio César Chávez Jr. hicieron que el mundo del boxeo se detuviese este sábado para presenciar su combate. No importaba nada más, todos los ingredientes se daban para vivir un gran combate, pero cuando sonó la campana sólo un boxeador estuvo sobre el ring. Canelo realizó un combate perfecto, supo moverse bien, percutir sin exponerse y no necesitó buscar el KO para llevarse una clara victoria, al ganar con solvencia los doce asaltos. Las críticas hacia Chávez no tardaron en aparecer, sus errores fueron mucho, pero hubo varios que marcaron el devenir del combate:

1- No fue consciente del lugar donde se encontraba

Julio César Chávez Jr. ha vivido siempre a la sombra de su padre. Cuando tuvo la oportunidad nunca fue capaz de quitarse el cartel de ‘hijo de’, ante Canelo tenía una nueva opción y no sólo no lo logró sino que no hizo honor ni a su apellido ni al boxeo mexicano. Llama la atención sobremanera la actitud de Chávez. Antes del combate se le veía en el vestuario tranquilo, riéndose con su equipo. Sobre el ring muy concentrado antes de empezar, pero cuando sonó la campana pasó de reservado a apático en sólo dos asaltos. Daba la sensación de que el combate no iba con él y se limita a aguantar el chaparrón. De nuevo Chávez volvió a leer mal el evento en el que se encontraba.

2- Su guardia no fue segura

Canelo tuvo pocas manos claras que hiciesen pensar en el KO. Una derecha en el quinto asalto fue lo más claro, pero su mejor virtud fue la constancia. Percutió una y otra vez el rostro de Chávez, quien acabó muy magullado. El ‘hijo de la leyenda’ salió bien cubierto, pero cuando los golpes de Canelo llevaba su guardia hacía aguas y fue soportando los duros golpes de Álvarez, los cuales le fueron pasando factura desde el primer asalto. Recibió un castigo excesivo por no protegerse bien.

3- No hizo caso a los consejos a su esquina

Cuando terminó el sexto asalto las cámaras de la HBO se centraron en la esquina de Chávez, ésta le dijo claramente “tienes que boxearle y pararlo ya. No has ganado ningún asalto”. Junior estaba con la mirada en otra parte, parecía que no escuchaba a los suyos… y así lo demostró. Salió en el séptimo a buscar el intercambio, pero con pocos golpes no logró ningún resultado. Al acabar, después de no seguir sus consejos, Chávez liberó parte de culpa en su esquina. “Intenté hacer la pelea que Nacho Beristain (su entrenador) me dijo, pero no estaba acostumbrado a ese estilo”, espetó. Sin duda hubo error de estrategia, pero después no supo variar el plan.

4- Lanzó pocos golpes y rehuyó el intercambio

El propio Canelo se quejó amargamente al terminar el pleito, “lanzaba muy pocos golpes y rehuía la pelea”. Chávez salió pausado, lanzando pocos golpes, parecía una estrategia buscando una pelea larga que se pudiera resolver con un golpe. Pero no fue así, ésa era su estrategia. Chávez completó su actitud apática con pocos golpes, lo que generó la paliza que recibió. Además, cuando una vez mediado el combate comenzó a buscar la corta distancia era muy predecible. Lanzaba golpes muy desgarbados, mal armados con los que no hacía ningún daño a Canelo y siempre soltaba una serie larga y se paraba. Álvarez lo leyó bien y supo salir siempre pegando con tres golpes que le dejaban de nuevo en el centro del ring.

5- El peso jugó un factor clave

La cita que tenían con la báscula en las 164,5 libras centró toda la atención en la previa. Chávez parecía que llegaba bien preparado, pero en el pesaje se le vio demasiado ‘seco’. Daba la sensación que había recuperado fortaleza al verlo sobre el ring, pero cuando comenzó a lanzar golpes se notó que no tenía la fuerza de otras veces. Al contrario que Canelo, quien soltaba duros golpes mostrando un estado de fuerza óptimo. Esa falta de contundencia en el golpeo pudo llevar a Chávez a cometer el error anterior, lanzar poco golpes. Al final, Junior y su padre se refirieron a ello “me noté con poca fuerza en mis golpes, no encontré la fortaleza en mis golpes”, aseguraba resignado Chávez. No fue su noche.