Ryan García ganó 12 millones de dólares al apostar por sí mismo

Ryan García (25-1-0, 20 KO) le tomó el pelo al mundo entero. El estadounidense de ascendencia mexicana, después de no dar el peso y dejar ver que tenía problemas de salud mental en los meses previos al combate, derrotó a Devin Haney (31-1-0, 15 KO) la madrugada del pasado sábado en el Barclays Center de Brooklyn, Estados Unidos. Se ha embolsado en total unos 50 millones de dólares (4.691.901,65 euros).

Además de una bolsa millonaria, más que la su oponente, el campeón del peso superligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), King Ry consiguió más dinero del rentable combate. García apostó 2 millones de dólares (1.877.098,15 euros) a que sería el vencedor del choque con Haney. Con su contundente triunfo, consiguió ganar 12 millones de dólares (11.262.260,85 euros). “Si apuestas, apuesta en ti mismo. Además de lo que hicimos, comemos bien. Cerca de 50 millones (probablemente más) en una noche, no está mal. Dejaré que Dios me guíe sobre cómo usar este dinero. Amén”, compartió el púgil de Óscar de la Hoya en sus redes, confirmando la apuesta.

García se río en la cara de todo el mundo. “Tíos, ¿De verdad pensabais que estaba loco?”, preguntó al público el estadounidense después de ganar a Haney. Todo fue un juego mental, o, al menos, eso es lo que dijo King Ry sobre su comportamiento estos últimos meses. Se debatió mucho sobre su estado de salud mental, ya que en 2021 sufrió una depresión que le llevó a abusar de la bebida. Compartía imágenes y vídeos extraños en sus redes, ligando con mujeres o haciendo comentarios sin ningún tipo de sentido. Para rematar la situación, no dio el peso y se pasó por 3,2 libras (1,5 kilos), por lo que perdió la oportunidad de luchar por el cinturón y 1,5 millones de dólares (1.407.500,55 euros) que tuvo que darle a su rival.

El título, por ese motivo, no estuvo en juego, como confirmó Mauricio Sulaimán, el presidente del CMB, después del pleito. Y fue una suerte para Haney, que esperaba de todo, menos lo que pasó aquella noche. García salió como una apisonadora, presionando y llevando el control del combate. Mandó a la lona tres veces a Devin, que tuvo que agarrarse a Ryan como si fuese un chaleco salvavidas. Todo el mundo quedó sorprendido, nadie esperaba que saliese tan concentrado, y mucho menos que le arrebatase el invicto al estadounidense, que había sido campeón indiscutido. Ahora, todos quieren pelear con Ryan García.

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