A Del Bosque se le atraganta Zidane

A Del Bosque se le atraganta Zidane

A Del Bosque se le está atragantando Zidane. Comenzó poniéndolo bastante arriba, con un solo hombre por delante, y la cosa no funcionó. Luego lo echó un poquito más atrás, con las espaldas bien blindadas con Flavio y Makelele, a costa de prescindir de un jugador en la banda izquierda, y tampoco está funcionando. A pesar de que Roberto Carlos se multiplica, el modelo deja muchas posibilidades de juego en esa zona al rival (Gerardo se hinchó ayer) y encima tampoco sirve para que Zidane entre en juego con la frecuencia apetecible a sus condiciones.

Quizá porque hay en todo el equipo un gran despiste, una duda que recorre a todo el mundo, un cierto sentido de que se está haciendo algo demasiado antinatural. Dos escoltas para el canalizador de juego, tan descomprometido de tareas de quite y pelea, tan bwana con dos porteadores a su servicio, que parece como si no fuera uno más del equipo, sino una estrella invitada, un orfebre llamado a intervenir cada mucho. El problema quizá sea, más que el modelo, que los jugadores no se lo creen. Empezando por Zidane. Y si no hay convicción no hay equipo.

Y los rivales juegan. Jugó el Valencia y jugó el Málaga, que todo el partido estuvo buscándole las cosquillas al Madrid con intención. Y, por cierto, el Madrid sólo achuchó cuando se vio con el empate en el marcador. Hasta entonces le sobró calma y le faltó ambición. El Málaga, bien reconstruido por Peiró tras perder todo su medio campo, tuvo lo que el Madrid añora: equipo, seguridad en su modelo. Del Bosque, de tierra taurina, conocerá este dicho: "Los buenos toros descubren a los malos toreros". Él tiene un buen toro delante. Tiene que apretar, no se lo echen al corral.