"Estaba tan cansado que no podía ni llevar la mochila". Darío Silva acabó fundido el domingo. Lo intentó todo. Peña se lo llevó por delante, él se llevó a Richetti ,estuve al borde del gol con un derechazo que se fue por centímetros, le dio un balón de oro a Dely que acabó en la madera, vio una tarjeta que pudo tener un color más oscuro..., buscó la meta de Ricardo de mil formas y por eso le dolió más el gol final de Tote: "Por cómo se produjo, fue una derrota dura y muy cruel. A nadie le gusta perder así, sobre todo teniendo en cuenta que habíamos empatado y que íbamos embalados. Quizás el empate hubiese sido ya suficiente pero no nos quisimos parar". El uruguayo lo había advertido al empezar la semana: "Será el partido más difícil". Ayer se acordó de sus palabras. "Lamentablemente, tenía razón. Nos faltó efectividad delante de su portería. Si hubiésemos estado acertados, habríamos liquidado el partido en el primer tiempo, pero estas cosas pasan y tenemos que acostumbrarnos", comentó desencantado Darío.

Pero como no hay mal que por bien no venga, el charrúa quiso extraer el balance positivo del varapalo sufrido ante el Valladolid de Moré: "La Liga no ha hecho sino empezar y esto nos va servir para poner los pies en la tierra y estar más atentos en el trabajo diario. Todos los partidos son diferentes y no se puede jugar siempre como lo hicimos en Madrid. Derrotas como éstas sirven para aprender la lección".

Por otra parte, el uruguayo Darío Silva ya tiene en el punto de mira al equipo del gallego Fernando Vázquez, Las Palmas. Espera que el Málaga vuelva a encontrar el camino en el siempre difícil Insular: "Estamos tranquilos. No sé si va a ser posible ganar allí pero tengo claro que ellos tienen un equipo lindo que pueden jugar al ataque como nosotros y eso nos puede beneficiar el sábado".