El análisis de Raúl Romojaro

Motociclismo | G.P. del Pacífico

El análisis de Raúl Romojaro

Carácter de campeón

Lo de Emilio Alzamora en la carrera de 250 es sólo una muestra más de su talante. En un estado físico lamentable, el ilerdense se entregó para aprovechar la oportunidad que le dejó la doble caída de Melandri y Katoh. Con dos de los favoritos fuera de carrera, buscó con paciencia y astucia un puesto en el podio que ya reclamaba desde el primero que consiguió este año en Holanda. Porque aquel 'cajón' de Assen no le convenció del todo, como nos explicaba hace sólo unos días: "Ya he hecho podio en 250, pero quiero otro 'de verdad'. Lo de Assen fue algo raro por la lluvia, así que necesito otro en seco y sin condicionantes".

Estuvo a punto de alcanzar su objetivo hace dos semanas en Cheste y ayer concretó sus intenciones. Su táctica se antoja intachable. Dejó que McWilliams hiciera el desgaste de ir en cabeza (siempre por detrás de un intratable Harada), esperó el momento oportuno y lanzó el ataque al británico cuando ya no tenía apenas tiempo para la reacción. ¿El resultado? Un magnífico segundo puesto con sabor a victoria, porque si salir de casa con media cara paralizada parece ya un atrevimiento, imagínense lo que debe ser subirse en una moto de carreras....

Lástima que la presencia española en el podio de las tres categorías de Valencia no se haya podido repetir en Motegi. Nuestros chicos de ‘quinientos’ han estado de capa caída, lejos de toda opción a luchar por los puestos de honor y con una preocupante discreción. Lo más significativo de la carrera ha sido la victoria de Valentino Rossi, en un día que parecía maldito para ser líder. Sin embargo, el italiano no falló y la suma de su eficacia más un nuevo error de Biaggi ha dejado sentenciado el título de la categoría reina.

Y todo esto ocurrió en una pista delicada, que acumuló demasiadas caídas. A pesar de una temperatura óptima (algo raro, por cierto, en Japón), el asfalto padecía muchos problemas de adherencia, traducidos en brutales derrapadas que terminaban con los pilotos saltando por los aires. Una perdida de tracción que se producía, además, sin previo aviso y sin posibilidad de rectificación para los afectados, con lo que la salida "por las orejas" estaba garantizada. Algo que no sólo ha ocurrido en las cilindradas superiores (como es habitual), sino incluso también en 125cc. Que le pregunten a Elías...