"Ha sido el mejor regalo"

Primera | Real Madrid

"Ha sido el mejor regalo"

"Ha sido el mejor regalo"

CARLOS MARTÍNEZ

Marcos Martín, el niño al que Zidane entregó su camiseta el sábado, tiene diez años y sufre leucemia desde los ocho.

Para combatir la enfermedad ya ha pasado por dos trasplantes de médula. Su padre se puso ayer en contacto con los medios para dar a conocer la historia: "Quería que Zidane supiera el bien que ha hecho". La familia vive en Boadilla, cerca de Madrid, y el padre, Marcos y su hermano Jorge son socios abonados en el Bernabéu. Marcos ha intentado repetidas veces hacerse con la camiseta de algún jugador del Madrid. En su casa ya tenía la de Morientes y Salgado, que consiguió en otras ocasiones.

Marcos Marín abre la puerta de su casa de Boadilla con una sonrisa de oreja a oreja. "Zidane me dio la camiseta a mí. Es el mejor del Madrid y, además, un tío simpático...". Su pequeña boca se pierde entre dos carrillos inmensos, y de ella sale una invitación formal para adentrarnos en su hogar: "Estoy harto de tanta cámara y de posar para las fotos", comenta con desparpajo. "Pasad, mis padres y mis hermanos están dentro".

El salón sigue vestido de Navidad y Marcos sortea los juguetes que hay repartidos por el suelo hasta llegar al sofá donde se concentran los demás miembros de la familia. Todos aguardan a que empiece el reportaje que Canal Plus filmó por la mañana para El Día Después. Sin saberlo, Zidane hizo feliz a un niño cuya vida no ha sido, precisamente, un camino de rosas.

Los médicos le diagnosticaron leucemia cuando tenía ocho años y, ahora, a los 10, Marcos tiene asumido el mal que le aqueja y que le mantiene recluido en casa a diario. "Está demostrando una entereza fuera de los normal", afirma la madre con los ojos en agua. "Estamos aprendiendo mucho de él. Tenemos la certeza de que las piezas tienen que terminar de encajar algún día...".

Marcos ha sido sometido a dos transplantes de médula en los dos últimos años. Su hermana Martina, de tan sólo 20 meses, le sirvió de donante. El pequeño receptor del regalo de Zidane encuentra sus únicos momentos de ocio en el Bernabéu. Su padre, José, y su hermano mayor, Jorge, son socios abonados desde hace dos años.

Marcos comenta dicharachero sus peripecias en el banquillo local: "Siempre que voy al partido, me bajo a los cinco minutos y pido la camiseta a los jugadores. El sábado se la pedí a Karanka, primero, y me dijo que no podía. Luego a Morientes, y me dijo que tampoco, pero que se le pidiese a Zidane. Y cuando vino Zidane le dije que si me la daba, por favor. Y un señor de al lado también se la pidió, pero dijo: ‘No, es para el niño, para los Reyes". No es el único trofeo que conserva. También guarda en el armario la camiseta que Morientes le dio en el partido ante el Oviedo y la de Salgado, del Anderlecht.

Florentino lo invita al Palco. El presidente del Madrid ha invitado a Marcos y a su familia a ver el partido de hoy en el palco. Después, tendrá la oportunidad de conocer en persona a su ídolo, quien le firmará la camiseta. El joven aficionado verá así cumplido su primer sueño, porque el segundo vendrá el próximo viernes, cuando salte al césped de la Ciudad Deportiva a dar unos toques con la primera plantilla.

Sus padres no tienen palabras de agradecimiento para el francés después de que, sin quererlo, consiguiera amenizar la difícil vida de un chaval de 10 años con una fortaleza mental digna de un crack mundial del fútbol: "Parece que Zidane tiene una varita mágica en la cabeza, en los pies y en el corazón, porque hacer lo que ha hecho es digno de una gran persona. Ha sido muy casual. Eso es lo emocionante. Queríamos que supiese lo que había hecho".

Un delantero centro zurdo con gran pegada

Marcos ha disfrutado desde pequeño con el fútbol, su deporte favorito. En la fotografía, posa junto a sus compañeros de equipo de la Escuela Madrid Oeste. Nuestro pequeño amigo es delantero centro y titular indiscutible. Un zurdo de gran potencia para su edad. Montse, su entrenadora (a la izquierda en la foto) y el resto del equipo, esperan impacientes para poder volver a compartir unas horas de fútbol con Marcos. De momento, el médico se lo tiene prohibido. Su madre deja clara la afición de su pequeño: "Siempre me pregunta que si puede ir a jugar. Está loco por el fútbol. Volver allí le colmaría de felicidad".