En el mal día de Salinas

En el mal día de Salinas

Ya llegó el esperado Maxi. Fue en un mal día. Alfonso Salinas, uno de los grandes padres de la Ciudad Deportiva, está ingresado en una clínica. Sufrió una angina de pecho, de la que felizmente se recupera. Hay demasiadas tensiones en el Espanyol. Y demasiada gente españolista apaleada. Los estómagos agradecidos lo contaminan todo con su malísima leche, mientras el que paga mira hacia otro lado, convencido de que hace españolismo, menuda ceguera. Un día los estómagos esos morderán la mano que les da de comer, como muerden la de quienes les desprecian. Será en cuanto deje de pagar. Es algo cíclico, siempre sucedió igual. No dirán que no se lo advertimos.

Un abrazo a Salinas, al que le sobran arrestos para superar anginas y zancadillas, y otro para Maxi Rodríguez, que está ya entre nosotros. Mis compañeros Moisés Llorens y Jordi Alemany madrugaron para llevarle su primera camiseta del Espanyol a Barajas. Para que se vaya contaminando del color blanquiazul, que esa es la contaminación buena. La camiseta del Espanyol, la camiseta de AS.

Bienvenido Maxi al Espanyol, a Barcelona, a nuestra tribu. A la que queremos tanto que nos gustaría verla llena de gente feliz y contenta. Como nosotros. Quizá algún día.