La hora de Demetrio

La hora de Demetrio

Esta noche el Atlético tiene su primer test de la temporada. No valen excusas. Es el momento para que los nuevos fichajes enseñen sus virtudes. Ya está bien de hablar de mala suerte o falta de compenetración. La cita de Barcelona está a la vuelta de la esquina y es necesario que el equipo se sienta ganador y plenamente confiado en lo que está haciendo.

Albertini va a ser el centro de atención. Desde los tiempos de Schuster, el Atlético ha venido adoleciendo de manera sistemática de un cerebro en el centro del campo. El hombre que sepa dar el compás adecuado a la velocidad del equipo, que retenga la pelota en los momentos oportunos y asuma la responsabilidad cuando las cosas fallen. Conozco a Albertini desde los Juegos Olímpicos de Barcelona. Jugó contra España con la vitola de la gran estrella del fútbol italiano y mordió el polvo. Después, en el Milán y en la selección italiana ha dejado constancia de sus numerosas virtudes: juego al primer toque, apoyo a sus compañeros, buenas asistencias a los delanteros y un potente disparo desde fuera del área. Va a tener en Emerson un obrero cualificado y a lo mejor con suerte, el Atlético logra formar una pareja como la de Vizcaíno y Schuster, que tanta tardes de buen fútbol brindó en el Calderón.

Luis, que es perro sabio en estas lides, le está cuidando con mimo. Al italiano no le debe asustar la responsabilidad, ya que ha sido su fiel compañera durante toda su carrera deportiva. Gran parte de la temporada atlética va a pasar por sus botas. Si funciona, la Champions está en el bote. Si no carbura, los rojiblancos tendremos que rezar el rosario. No quiero ni pensar en que al final Futre se salga con la suya y le traiga a Rui Costa. Con los dos al ciento por ciento de revoluciones, las entradas del Calderón se iban a supercotizar, ya que serían el espectáculo del año que viene y hasta me reiría de la pareja Figo-Zidane. Albertini, pese a que sale de una lesión, tiene que empezar arrollando.