Lo que Moyá tiene dentro

Lo que Moyá tiene dentro

Hablamos muchas veces de lo que Moyá tiene dentro, siempre para referirnos a su talento colosal y siempre, también, para lamentar su falta de empeño, esa pereza que asalta a los que se sienten superiores. Precisamente, esa asquerosa facilidad para jugar al tenis (prueben y verán) le convirtió en el más relajado de los jugadores españoles y lo dejó a la vez un poco por libre, peleado con una lesión en la espalda que interrumpió varios despegues y que lo apartó del éxtasis del Sant Jordi. Pasó el tiempo y Moyá se resignó a ser un jugador capaz de ganar y perder con cualquiera, quizá otro modo de quitarse de presión.

Pero ayer Moyá desplegó sin avisar el catálogo de todo lo que tiene dentro y lo hizo ante el mejor, Hewitt, el arrogante y el sublime. Moyá aguantó primero el ataque del pequeño Chucky y luego desplegó el suyo propio, el de su derecha, disparando con su saque, desquiciando con dejadas. Imposible jugar mejor ante alguien mejor. Esa victoria, que en boxeo valdría el título mundial, demuestra una capacidad para dominar superficies y rivales que sólo se ha visto en Agassi. Al vaciarse los bolsillos, Moyá descubrió cosas geniales que no había visto ni él. Por eso parecía pedir perdón.