Javi Moreno se marchó a Italia en su mejor momento. Era un delantero temible, con el gol marcado en la frente. Había hecho una magnífica temporada con el euroAlavés, que si se quedó en la final frente al Liverpool sin la Copa de la UEFA fue porque al gran Mané le dio un ataque de locura y mandó a Javi Moreno al banquillo. Un error para la historia del fútbol. Así que el Alavés le envió al Milán un crack, una joya. Pero en Italia le condenaron un año al banquillo y a aparecer esporádicamente en las alineaciones. Javi Moreno entonces prefirió coger el primer avión de vuelta a España para recuperar el terreno perdido en un año nefasto. Y se vistió la camiseta del Atlético de Madrid.
Lo malo es que este Javi Moreno que hemos visto hasta ahora no es aquel crack que el Alavés envió a Italia. Le falta chispa, parece demasiado pesado y sin sitio, y ha perdido el camino del gol. No ha aprovechado las oportunidades que le ha dado Luis. Pero todavía no es tarde. El Atlético, sin su fichaje estrella, mantiene el tipo en la Liga con los goles del Niño y de José Mari y puede tener paciencia para seguir esperándole. Muchos creemos que el crack acabará apareciendo. Luis también trabaja para recuperar a Javi Moreno cuando llegue el momento clave, en las últimas diez jornadas, que es la hora de la verdad de la Liga. Sería el mejor refuerzo.
