Cien años no se cumplen todos los días, decía ayer Esteban, el cancerbero que ha recalado en el club este año y empieza a saber lo que significa el Atlético no sólo en Madrid sino en toda España. En este año que acaba de iniciarse el Atlético cumplirá sus primeros cien de vida. Recuerdo muy vagamente (entonces era un niño) el 75 cumpleaños de la entidad. Tenía un llavero, que siempre enseñaba orgulloso, con los colores rojiblancos y con los números del entonces aniversario del Atlético. En aquél 75 cumpleaños el club del Manzanares era considerado el tercero del país, con jugadores de gran calidad y categoría, dispuesto a luchar por todos los títulos. Muchas cosas han pasado en estos últimos 25 años, tan históricas algunas como un doblete y un descenso de categoría.

Este año de 2003 debe quedar grabado a todos los aficionados. El club no debería perder la ocasión para honrar a jugadores de los que uno ha oído mil batallas. Los Escudero, Miguel o Collar; los Calleja, Rivilla, Peiró o Adelardo; los Luis Aragonés, Reina, Gárate; o los Julio Prieto, Marina o Ruiz, algo más recientes. También los Abel, Toni Muñoz, López o Tomás Reñones. Unos han sido más técnicos que otros. Unos metieron goles y los otros los evitaron, pero todos han sido parte de la historia del club e ídolos de niños y no tanto. Por jugadores como ellos (uno siempre soñaba con ser Gárate), el Atlético es lo que es. Y por ello debería hacer un esfuerzo para que se supiera más de ellos, lo que fueron, lo que consiguieron... Son parte viva de la entidad.