Genios que trabajan

Genios que trabajan

A veces nos creemos que los genios, los grandes campeones, lo son porque están tocados con una varita mágica. Nuestros tres protagonistas de ayer en el Foro Fundación Ferrándiz-AS nos demostraron que no es así. La heterodoxia que demostraron cuando en un momento de sus vidas se apartaron del orden establecido, puede conducirnos a creer que vivían de sus ocurrencias sin necesidad de entrenarse, de esfuerzo. ¡Qué error! No hay que quedarse en el pasaje anecdótico de sus historias. Tenían una dedicación absoluta en sus especialidades y eso fue lo que les hizo destacar.

Miguel de la Quadra-Salcedo, que era más lanzador de disco que de jabalina, envolvía el artefacto en papel y se lo llevaba a todas partes para que llegara a ser una prolongación de su mano. La autocanasta de Ferrándiz no surgió en un momento de inspiración, sino que era una jugada que tenía pensada desde mucho tiempo antes para ponerla en práctica cuando surgiera la ocasión, como también tenía maquinado que un jugador suyo tocara la red en un lanzamiento de tiro libre del equipo contrario para que los árbitros validaran el punto y así evitar un rechace que valiera por dos puntos.

Gatti también hacía horas extras y trabajaba fuera de los entrenamientos la técnica de balón para jugarlo de líbero fuera del área. Como Petrovic, que terminaba el entrenamiento y hacía 500 lanzamientos a canasta por su cuenta, como Michael Johnson, que se entrenaba cuando peor tiempo hacía por si alguna vez le coincidía la final olímpica con una tormenta, como Fiz, que hacía públicos sus entrenamientos y retaba a los rivales a soportarlos. Ejemplos de que todos los genios lo son porque a sus cualidades añaden una enorme capacidad de trabajo. Esa es la enseñanza que nos dejan.