Rematador eléctrico

Rematador eléctrico

Rápido como un rayo y letal como su descarga eléctrica. Así es el instinto goleador de Roy Makaay. Fulmina igual con la derecha, con la izquierda y con la cabeza. No pierde un instante en adornos, va directo a la red. Recibe y pega. Es el remate en estado puro. Es vertical, un auténtico delineante dibujando el desmarque y tan rápido que, en esta época de líneas pegadas, es incontrolable para cualquier defensa. Demasiado calculador e igual de eficiente. En la Liga ya ha sumado 16 dianas (que le han servido al Depor para sumar 15 puntos) y en Champions ya lleva ocho tantos (uno menos que Inzaghi y Crespo). No en vano fue nominado para el Balón de Oro.

Si recuerdan sus tres goles en el Olímpico de Múnich entenderán lo de la descarga eléctrica. Y aquel Oliver Kahn, que se autoproclama el mejor portero del mundo, fulminado en el suelo. Quizá lo había ensayado muchas veces en su Play Station, a la que se entrega con verdadera pasión en sus ratos libres. Pero es mejor aún en carne y hueso que en la maquinita.

Cuando llegó a A Coruña llevaba colgado el cartel de Segunda (porque había descendido con el Tenerife). Pero Lendoiro no se fija en las etiquetas ni en los envoltorios. Mira bien lo que hay dentro. Y sabía que Makaay le iba a dar mucho rendimiento al Deportivo. Las cuentas salen.