Paciencia, maños

Paciencia, maños

Está tocado. Ayer almorzamos juntos y no disimuló su preocupación. Es como si al equipo se le hubiera caído la persiana y no viera más allá de sus narices. Y encima la gente, le abronca. Es comprensible el enfado de la afición blanquilla, pero presionar en exceso a unos jugadores muy presionados de por sí (saben que son el Zaragoza, pero que igual no les alcanza con eso para volver a Primera) es lo peor que pueden hacer. Permítanme un consejo: apoyen al equipo y a Flores. Que tiene sangre aragonesa y ya dice la Zarzuela: "Los de Aragón no caen sin luchar".