Este sábado David Amaral puede empezar a conseguir uno de los records de victorias más oportunos que se recuerdan en el Tenerife. Precisamente esa falta de victorias le arrebató la presidencia a Pérez y esa racha es la que puede conseguir que el Tenerife se recupere económicamente. Sólo en un ambiente de euforia se logrará cubrir una ampliación de capital vital para la continuidad de la entidad. Pero un ascenso a Primera lo cambiaría todo y hace apenas un mes nadie se atrevía ni a nombrar esa palabra. Los canarios ya la empiezan a tener en mente y es suena bien: ascenso, ascenso, ascenso...

Respecto a Ewald Lienen, el Tenerife está pagando el precio por haber herido su orgullo. Se está vengando, amparado por la ley, de algunas situaciones que él entiende como humillantes e indignas. Acepta el cese pero no perdona las formas y la realidad es que con su venganza arrastra a la economía del Tenerife un poco más hacia las profundidades.

Lienen ya es pasado y el presente se llama David, un técnico que se merecía esta oportunidad y que la está aprovechando al máximo. La apuesta por Amaral ha salido bien y el riesgo era máximo porque no existía margen de error. David ha esperado pacientemente y ahora su carrera ha despegado con máxima potencia; que haga historia.