A la Real sí le funcionó

A la Real sí le funcionó

El mercado de invierno ha ido adquiriendo mala fama a lo largo de los últimos años. Los improductivos desembolsos de varios clubes que se encontraban al borde del desquicie por los malos resultados han provocado psicosis en las directivas, que ahora no se atreven a forzar más sus maltrechas arcas. Pero no todo han sido decepciones. La Real Sociedad apostó fuerte la campaña pasada, durante el plazo de invierno, para reforzar una plantilla que se asomaba por tercer año consecutivo al precipicio de la Segunda División.

La fuerte inversión donostiarra, que se gastó todo lo que le quedaba de su extraordinario acierto en operaciones pasadas y que estaba malgastando a un ritmo vertiginoso, supuso la llegada de Westerveld, Nihat y Kovacevic. La directiva realista abandonó su avara y arriesgada política de refuerzos y compró al consagrado portero holandés por 900 millones de las antiguas pesetas, a Kovacevic, el gran ídolo de Anoeta, por 1.300, y a Nihat, una desconocida apuesta del luego defenestrado Toshack, por 900. Cierto es que de los tres sólo el yugoslavo ofreció un gran rendimiento la temporada pasada, en la que lograron salvar la categoría, pero en ésta, su juego está siendo espectacular, lo que ha convertido a la Real en un equipo de Champions que aún aspira, incluso, a conseguir el título de Liga.

En el mercado de invierno es complicado encontrar buenos jugadores libres y a un precio asequible. Los clubes cobran en función de la necesidad del equipo comprador. En este mercadeo, las limitaciones económicas han provocado que sólo fructificaran las cesiones, entre las que destacan la vuelta de Farinós y la tardía llegada de Mido, el polémico delantero egipcio. El primero ya le ha dado otro aire al Villarreal y el segundo se ha estrenado con un buen gol contra el Athletic, que ha hecho recuperar la confianza a Balaídos de estar en Champions. Y es que en el mercado de invierno también se pueden encontrar soluciones.