Hace casi dos años que conocí a Vicente Martínez. Una previa llamada telefónica nos reunió en un hotel madrileño donde el historiador futbolístico valenciano me presentó el proyecto de su obra, la Historia del Fútbol Español. Me dejó admirado la magnitud de su ambiciosa empresa. Los que desde hace muchos años hemos leído con enorme atención la mayor parte de la literatura futbolística española hemos encontrado numerosos casos de rutina, desmemoria, ignorancia, anacronismos, fantasías, disparates, enigmas, erratas, errores, falsificaciones, mentiras e incluso calumnias.

Vicente Martínez me demostró que en su obra prescindía de los enemigos de la Historia y que su investigación ponía al descubierto muchas cosas hasta el momento desconocidas. Como es lógico tuvimos discrepancias en varios casos. En algunos me demostró mi error con argumentos de peso y basado en fuentes para mi desconocidas. En otros le di versiones que él ignoraba. Nos enriquecimos mutuamente y a partir de ese momento emprendimos una colaboración periódica basada en el mutuo respeto y consideración, y, enseguida, en una amistad de primer orden. Me encantaría que su obra fuera el referente para muchas personas que investigan el fútbol español. Su trabajo lo merece.