El Sevilla se abre hoy de capa en el ruedo copero después de haberse tirado al callejón de la forma más inmisericorde que la actual generación de sevillistas recuerda. Aún sigue abierta la herida de aquella noche pamplonesa de enero. Mucho se habló sobre aquella prórroga en El Sadar. Una muesca más en el revólver de una afición tristemente acostumbrada a verse fuera de las páginas del éxito.

Esta noche se empieza a escribir un nuevo capítulo del sorprendente libro titulado Copa del Rey. Alguna vez, si confiamos en la estadística, tocará, digo yo, llegar más lejos que hasta donde la fatalidad nos tiene acostumbrado por estos lares. Soñar siempre es gratis, y esta noche empieza ese sueño. ¿Hasta cuándo?