Lo primero que hizo Denilson, como si fuera un boxeador profesional, fue justificar su peso. Por si interesa la curiosidad, andaría entre superwelter y medio. "El año del Mundial estaba entre 71 y 72 kilos y ahora tengo 71,5. He perdido más peso del que debería y si lo gané es porque estuve cinco meses parado", explicó el brasileño, observado en los últimos tiempos por un supuesto sobrepeso y el plan de adelgazamiento al que ha sido sometido por el cuerpo médico. Pero no es precisamente con los doctores con quien andan peor las relaciones. Desde hace un tiempo, Víctor y Denilson, que conectaron bien a la llegada del maño, ya no tienen roce. El extremo paulista negó que tuviera problemas personales con el maño: "Desde que estoy en el Betis, sólo he tenido problemas con Clemente.
Con Víctor siempre he sido muy claro y él conmigo. Hay respeto por Denilson pasa de las críticas de Víctor "No doy mucha importancia a las palabras del entrenador", afirmó las dos partes. Yo trabajo y luego él decide si juego o no". Pero hay algo que no funciona entre los dos desde la lesión muscular de Denilson y sus problemas en el tendón. El 1 de enero Víctor tuvo una larga charla con él y le exigió que se pusiese a punto en privado. El miércoles, el maño se apoyó en el mismo espíritu de autocrítica del jugador ("estoy de acuerdo con lo que ha dicho en los medios: tiene que rendir más"). Y no parece que le haya hecho demasiada gracia. "Dice que no estoy bien y por eso no juego. Luego que para estar bien necesito partidos. ¿En qué quedamos? Tiene derecho a decir lo que quiera y lo que piense. La verdad es que no le doy mucha importancia a las palabras del entrenador. Estoy tranquilo, tengo la conciencia tranquila porque lo doy todo y siempre lo intento".
Pero la cruzada de Denilson es algo más general que todo eso. Ha recibido críticas por todos lados. Se le nota picado, con el orgullo herido. "Las cosas van a cambiar algún día, de eso estoy seguro. Marcaré tres goles en un partido y seré guapo y delgado. Llevo seis años aquí y todo el mundo me conoce. Siempre he dado la cara, pero hay algunos que no me van a querer ayer, hoy y nunca pero me molesta tela que digan que no lo intento. No me voy a venir abajo. Me acordaré de todos aquellos que me critican ahora y les responderé dentro del campo".
Para acabar, restó valor al cambio de sistema de Víctor desde el partido ante el Málaga. "El entrenador puede plantear una cosa y puede querer demostrar que lleva muchos años y que ha vivido muchas cosas, pero si no lo hacemos bien no vale para nada. Hablan de las reuniones pero podemos hacer 50.000 reuniones y no sacar nada. Somos los jugadores los que tenemos que cogernos de la mano y sacar esto adelante. Y en cuanto al cambio de sistema, la verdad es que me siento igual, ni más cómodo ni menos porque mi trabajo es llevarme al lateral hasta el fi nal". Evidentemente, el cruce de declaraciones tiene trasfondo. De unos meses a esta parte, las relaciones entre Víctor y Denilson son demasiado frías. Una muy mala noticia para el Betis.
