El doping es una mala moda que, por encima de la vida sana y la competición justa, exalta la cultura del éxito a cualquier precio. En el inicio de la lucha contra este vicio debemos servirnos de la docencia. Esta es la razón por la que he propuesto la necesidad de introducir en el programa de estudios de los colegios una hora semanal de clases antidroga y antidoping. La droga y el doping tienen una relación estrecha y fructífera, que ataca a la juventud hasta degradarla, y por eso creo firmemente que, independientemente de la persecución legal por la vía penal que se haga a los que trafican y consumen productos prohibidos, es igualmente importante iniciar campañas de información y educación agresivas.

Estas son las razones que me han impulsado a hablar con la ministra Letizia Moratti, quien, como yo, piensa que introducir en las escuelas estas clases ayudará a los jóvenes. No es una utopía. En la lucha contra el doping también se dan felices resultados. Pero es cierto que la química del mal da cuatro pasos por cada uno que damos quienes la combatimos. Con los test antidoping se puede ganar una batalla, pero no la guerra. Sólo creando una cultura nueva se obtendrán resultados.

Cannavo dirige el área de deportes de RCS, empresa editora de Il Corriere della Sera y La Gazzetta. Esto es un extracto del discurso que dio el miércoles en Roma.