Rafael Nadal ha situado a España a un solo punto de hacerse con la Ensaladera tras sumar el 2-0 en la final ante Estados Unidos gracias a su victoria ante Andy Roddick, número uno americano, por 6-7 (6/8), 6-2, 7-6 (8/6) y 6-2, después de tres horas y 38 minutos de gran tenis.

El joven tenista de 18 años ha convertido así en buena la apuesta del 'G-3' de colocarle en lugar de Juan Carlos Ferrero para jugar contra el segundo jugador mundial. El balear no ha sorprendido, si acaso por su tranquilidad en la pista. Lo demás ya era conocido: agresividad, dosis de carácter, atrevimiento y una gran cantidad de golpes mágicos. A ello hay que añadir que ha servido muy bien y ha restado de maravilla.

Andy Roddick no se ha limitado a mirar. Ha plantado batalla, pero la tierra batida y el nivel del mar han mermado sus mejores cualidades y ha tenido que rendirse ante la superioridad del español.

Ahora, el trofeo está más que nunca al alcance las manos. Un punto que ganar en tres partidos. La primera bala la jugará el dobles ante la solidez de los hermanos Bryan. Si esta falla, quedarán, primero Carlos Moyà ante un Roddick al que esta derrota le podría pesar, y por si hiciera falta, probablemente Juan Carlos Ferrero tendría la oportunidad de aportar su 'granito de arena' frente a un Mardy Fish que ha demostrado demasiada debilidad.

La primera manga ha comenzado dejando claro el saber estar del americano. Ni el ambiente ni algunos de los grandes golpes de Nadal le han sacado de su sitio, y aunque ha demostrado que la tierra batida no es la superficie donde mejor se desenvuelve y la que más daño hace su servicio (sólo 3 'aces'), supo sobreponerse a las dificultades.

El manacorí ha jugado agresivo y ha sabido mantener a raya a su rival, sobre todo tras el alocado comienzo de set con sucesivas roturas, sorprendentes en el caso del estadounidense, siempre un seguro cuando sirve. El 'drive' del español ha causado mucho daño a un Roddick, que se encontraba incómodo en el fondo de la pista y buscaba en la red el auxilio.

De todas formas, los dos tenistas han sabido enseñar también su carácter ganador y por eso el parcial se ha ido al 'tie-break'. Para alegría de los espectadores, se había visto más tenis que en todo el partido anterior entre Fish y Moyà, pero para tristeza el ex número uno del mundo tomaba ventaja tras remontar un 5-2 y ganar 6-8.

Los nervios no han hecho acto de aparición en Nadal. En conexión con el público de La Cartuja se ha rehecho rápidamente, aunque siempre con un Andy Roddick que estaba al acecho de cualquier fallo y que no arriesgaba en demasía, lastrado por su derecha, más errática de lo habitual.

Sin embargo, el balear ha comenzado algo nervioso y le ha costado hacerse con su servicio, lo que hacía temer lo peor. Pero Nadal hairoso y un genial 'passing' con el revés a dos manos le ha permitido romper y asegurar con su saque una jugosa ventaja (4-1.) El estadounidense se ha difuminado y el español ha encontrado el camino para empatar la contienda (6-2).

Tie-break decisivo

Los errores no forzados han comenzado a acumularse en el contador del de Nebraska y el descaro del rival y el nivel del mar han desequilibrado por momentos la balanza a favor de los intereses españoles. De todas formas, Roddick no se ha rendido, superaba las dificultades, cuestión en la que rivalizaba con Nadal.

El número uno americano subía a la red intentado poner en complicaciones al manacorí y lograba salvar sus servicios y la presión del 5-4 abajo y, sobre todo, del 6-5 y dos bolas de set que ha evitado con calidad y sin temblarle el pulso. La 'muerte súbita' era de nuevo decisiva, pero ésta ha caido del lado español (8/6).

Las buenas noticias no han venido sólo por la ventaja en el marcador, sino también por la diferencia moral y física. Roddick parecía cansado y el golpe de la pérdida del tercer set amenazaban con acabar su poderosa resistencia. Nadal se ha percatado, no ha dado más opciones para cerrar con un claro 6-2 y tocar con los dedos la preciada Ensaladera.