Owens se vistió de oro ante Hitler hace 70 años

Atletismo | Mirando a la historia

Owens se vistió de oro ante Hitler hace 70 años

Owens se vistió de oro  ante Hitler hace 70 años

AFP

El 2 de agosto de 1936, Jesse Owens comenzó su carrera hacia las cuatro medallas olímpicas de oro en los Juegos de Berlín, en un estadio abarrotado con 110.000 espectadores. Tuvieron que pasar 48 años para que otro estadounidense, Carl Lewis, obtuviera la misma recompensa.

Cuando llegó a Berlín para competir en los Juegos de la IX Olimpiada, los de 1936, Jesse Owens sólo era un "auxiliar negro del equipo estadounidense", en la terminología propagandista nazi. Se ensalzaba una pretendida superioridad aria en la que evidentemente no tenía cabida el Antílope de Ébano. Pero el auxiliar se convirtió en pocos días en el rey de la capital del Tercer Reich y se bañó cuatro veces en oro delante de Adolf Hitler, el Führer. La conquista comenzó hace hoy exactamente 70 años.

James Cleveland Owens, hijo de un agricultor y nieto de esclavos, ganó en el estadio olímpico de Berlín, ante 110.000 espectadores, los títulos de 100, 200, longitud y 4x100. Nadie había logrado nunca algo similar.

Tal día como hoy, pero en 1936, participó en las series de 100 metros y batió el récord olímpico con un tiempo de 10.3. Dos días después se alzó con la primera medalla, en esta misma prueba, con la misma marca. El día 4 ganó la longitud con 8,06, por delante del alemán Lutz Long, prototipo de la raza aria, del que se hizo amigo. Al día siguiente consiguió su tercer oro, esta vez en los 200 metros, con un récord olímpico de 20.7. Por fin, el 9 de agosto se coronó en 4x100 metros, con una marca de 39.8, récord del mundo. Corrieron dos blancos y dos negros. Relevo café con leche.

Lo curioso es que Jesse, el negro auxiliar, necesitó de la ayuda del héroe ario Lutz Long para clasificarse para la final de la prueba. En la calificación se pedían 7,15 para acceder a la lucha por el título, pero Owens hizo dos nulos y se jugaba el todo por el todo en el tercer y último ensayo.

Long, alto, rubio, poderoso, se acercó a él y le saludó en inglés. Y le aconsejó: "Debes pasar la calificación con los ojos cerrados. Te aconsejo que retrases algo tu carrera, para no hacer nulo".

Owens obedeció, pasó a la final y venció, a pesar de la dura resistencia de su oponente, que llegó a igualarle en el quinto ensayo. Aprovechó para saludar a Hitler brazo en alto.

Long murió en Stalingrado, durante la Segunda Guerra Mundial, y Owens pagó los estudios a su hijo.

Owens había nacido el 12 de septiembre de 1913, en Danville (Alabama) y de niño trabajó en una plantación de algodón. Su familia se mudó a Cleveland (Ohio) y allí aportó a la economía familiar su exiguo salario como expendedor de gas, vendedor de una tienda de comestibles, ascensorista y chico de los recados del Congreso estatal, sucesivamente.

Después de sus cuatro medallas se ganó la vida corriendo contra caballos, perros y motos, como gerente de una cadena de limpieza en seco, que quebró y no le pagó, y como relaciones públicas.

Murió el 31 de marzo de 1980, a los 66 años, de cáncer de pulmón. Durante 35 años había fumado una cajetilla de tabaco diaria.