Burkina Faso: un Tour de 1.500 km a 45 grados

Ciclismo | África

Burkina Faso: un Tour de 1.500 km a 45 grados

Burkina Faso: un Tour de 1.500 km a 45 grados

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La prueba más prestigiosa de África se corre en la antigua Alto Volta

Burkina Faso significa "tierra de gente íntegra" en la lengua materna del país, que hasta 1960 formaba parte de las colonias francesas. Fausto Coppi murió ese mismo año, víctima de una malaria que contrajo allí durante una estancia en la que incluyó carrera de exhibición contra Anquetil y cacería. Federico Martín Bahamontes rechazó la invitación. Entonces, Burkina todavía se llamaba Alto Volta. Quizá la tradición ciclista arraigó gracias a la presencia de estos grandes campeones. El caso es que allí se celebra la prueba más prestigiosa del continente africano, el Tour de Faso.

La ronda de este 2007 acabó el domingo en la capital, Uagadugú, con victoria del marroquí Adil Jelloul. Jelloul tuvo que recorrer 1.500 kilómetros a lo largo de toda Burkina Faso divididos en diez etapas, el mayor trazado de las 21 ediciones que se han celebrado hasta la fecha. Y todos en carreteras asfaltadas, pese a la pobreza del país. Sólo 27 km se hicieron en una pista de tierra. Se nota la mano de ASO, empresa organizadora del Tour de Francia, que también se encarga de dotar con su infraestructura a la carrera africana.

En sus orígenes, el Tour de Faso estuvo más vinculado al mountain bike que al ciclismo de fondo por sus duras condiciones ambientales. Los corredores tienen que soportar temperaturas que rondan los 45 grados, sin una gota de lluvia y con el polvo como compañero inseparable de camino. Sin embargo, la evolución de la prueba y de los profesionales en Burkina ha sido asombrosa.

UCI.

La Unión Ciclista Internacional (UCI) considera al Tour de Faso la joya de su calendario africano. Aquí se dan cita los mejores corredores del continente y muchos procedentes de Europa. En 2002 participó el Cafés Baqué, la mejor formación aficionada de España. El Baqué llegó para ganar la vuelta con Hamado Pafadnam, el ciclista burkinés del momento. Sus compatriotas, aunque no le conocían en persona, abarrotaban las cunetas para jalearle al grito de ¡Pafadnam! Hamado se tuvo que conformar con el tercer puesto de la clasificación, pero la huella que dejó en Burkina la escuadra vasca fue imborrable.

El año pasado, en Salzburgo, debutaron en unos Mundiales tres burkineses: Ouedraogo, Sawadogo y Rouamba. No pudieron acabar. Sin embargo, su concurso supuso un paso más en el desarrollo del ciclismo en África. Aunque corrieran con guantes del Baqué.