El Inter se dejó su cuarta UEFA Cup en la prórroga

Que ésta no es la temporada del Inter Movistar ya se había intuido en este inicio de 2010, pero ayer se confirmó en la final de la Copa de Europa, donde casi nunca fallaba y donde el club había puesto sus mayores ilusiones para lograrla por cuarta vez. Los de Alcalá cayeron ante un Benfica que estuvo más metido y desplegó mayor intensidad que el equipo español. Algo a lo que ayudó decisivamente el extraordinario ambiente vivido en el Pabellón Atlántico lisboeta, al que la afición portuguesa acudió en masa. Ni faltó Eusebio, la leyenda futbolística del equipo por excelencia, ni Vitòria, el águila amaestrada que sirve de emblema del club. Era un día grande.

Y eso que el partido comenzó bien para el Inter. Con Marquinho inventando una gran jugada para adelantar a los verdes. Pero Joel empataba tras pase de un Ricardinho que se despide de su club (jugará en Japón) conquistando la máxima competición. Estuvo genial. Como lo fue el taconazo de Betao, ya en la segunda mitad, que sirvió para empatar a dos tras el gol del portugués Arnaldo.

Sufrimiento.

Los instantes finales del tiempo reglamentario ya pudieron decidir el choque del lado local. Sólo Amado y el larguero lo evitaron. La prórroga debía favorecer a los verdes, más acostumbrados a este tipo de presión en finales, pero la de ayer era la noche del Benfica. Un tanto de Davi, que sorprendió de tiro lejano, valió ante un Inter que ni la entrada de Neto como portero-jugador le sirvió para superar a un acertado Bebé. El Benfica, por primera vez, es el mejor de Europa. El Inter, por su parte, algo debe mejorar (o cambiar) para volver a ser el mejor del mundo.