Sanción y futuro

Sanción y futuro

El presidente del Oviedo está indignado. Le resulta inconcebible que su club haya sido castigado con un encuentro de sanción por Competición. Previamente había sido multado con 3.000 euros por Antiviolencia por los incidentes del último derby asturiano. Es difícil de entender y probablemente de explicar. Cuando la valla de Villarreal cedió y se llevó por delante a Palermo no hubo cierre de campo. Oli, con una celebración inadecuada, no fue ni amonestado. El árbitro, por no hacerlo, tampoco. Si es por el lanzamiento de objetos, hay precedentes que resultan agraviantes. Ya pasó cuando cerraron El Molinón. Puede haber quien piense en un plus (negativo) de territorialidad.

Podía haber empezado el tiempo de los recursos. Pero lo más sensato era cumplir la sanción cuanto antes y entrar en la próxima temporada sin problemas. También es de pura lógica irse a jugar a Avilés el sábado. En esta ocasión no es preciso viajar a Ribadesella ni mucho menos a Zamora. El Suárez Puerta es escenario más que digno (y muy cercano, en todos los sentidos) para poner cierre a esta triste temporada. Los otras cuestiones se intentan abordar con una planificación realista que pasa por reestructurar una plantilla que si no consiguió la permanencia no vale para volver a Segunda. Es duro pero cierto. Y en ello tienen que trabajar Sánchez y Lafuente.