Ya han pasado dos semanas desde la polémica comida de El Señorío de Alcocer en la que se decidió que Del Bosque no seguía. ¿No cree que fue descabellado echar al técnico al día siguiente de ganar la Liga?

Hay dos versiones sobre este asunto. Una que dice que lo hicimos demasiado tarde y otra que fue demasiado pronto tras el alirón. Tomar esa determinación antes de acabar la Liga hubiese resultado una locura porque se hubiera puesto en peligro, incluso, la conquista del título. Hubo que esperar a que se consiguiese el objetivo y reunir a la junta para debatir sobre algo que no estaba decidido del todo.

Ya, pero le insisto en que a muchos madridistas se les atragantó el champán y la fiesta de mala manera.

No niego que es posible que se interrumpiese la alegría, pero había que tomar una determinación sin demora.

¿Me puede convencer de que la decisión de que no siguiera Del Bosque no estaba aprobada mucho antes?

Mire, no estaba previsto nada de antemano y por eso la comida se prolongó tanto. Lo que sucede es que estamos en un club grandioso que debe mirar desde la frialdad y no dejarse llevar por las pasiones. En la mesa se pusieron argumentos a favor y en contra y concluimos que era preciso poner fin a un ciclo.

Sí, pero a Queiroz le ha puesto usted el listón muy alto. Sólo si gana Liga y Champions a la vez podremos escribir que ha mejorado la tarjeta profesional de Del Bosque.

Queiroz sabe perfectamente a lo que ha venido y va a tener las mismas exigencias, ni más ni menos, que sus predecesores en el banquillo. Queiroz es un entrenador preparado, inteligente y muy serio en su trabajo. Estamos seguros de haber acertado con su elección.

¿La plantilla habrá captado como un aviso para navegantes la no continuidad del técnico y del capitán en la misma tacada?

No, cuidado, en ningún momento se ha pretendido enviar un mensaje que parezca convertirse en una represalia hacia determinados hábitos. Lo que ocurre es que una plantilla es como las empresas, que corren riesgo de ver cómo sus empleados rebajan su rendimiento si se hacen pocos cambios. En este equipo apenas si ha habido cuatro incorporaciones en cuatro años y creemos que esto puede activar el profesionalismo de la plantilla.

Usted sabe que en esa junta muchos directivos se quejaron de que Del Bosque miraba para otro lado en cuestiones como los viajes al extranjero de algunos cracks o la falta de concentraciones antes de los partidos del Bernabéu...

No hay que hacer exámenes de comportamientos como si alguien hubiese cometido alguna infracción. Esta plantilla sabe lo que es defender este escudo y esta camiseta. ¿Concentraciones? No es cuestión de marcar una norma. Lo lógico es analizar qué partido es y qué trascendencia tiene...

O sea, que sí habrá concentraciones como hasta hace un año.

Hombre, Beckham me comentó que en el Manchester sí se habían concentrado este año para todos los partidos, pero si soy sincero eso nunca me ha importado demasiado. El éxito o el fracaso del equipo no dependerá de un factor tan secundario.

Volvamos a Del Bosque. Él se quejó amargamente de que se le despidiera en un pasillo del Bernabéu y sin que le recibiese ni una sola secretaria.

Vicente llegó al Bernabéu a las diez de la noche y a esa hora sólo quedaba yo en el estadio. Salí al pasillo para recibirle, pero lógicamente le acompañé a mi despacho para comunicarle la decisión de la junta.

¿El ofrecimiento de Florentino a Del Bosque para que vuelva a trabajar en la Ciudad Deportiva es sincero o un brindis al sol?

Es verdad. El presidente quiere que siga vinculado al club, pero Vicente lo ha rechazado porque el impacto de la noticia no creo que le haya dejado con humor para analizar cualquier propuesta.

¿Y si finalmente aceptase volver?

Esa es una posibilidad que está abierta. Nosotros tenemos organizado el fútbol base con un director de fútbol y un coordinador en la Ciudad Deportiva, pero la tarea de campo la podría hacer perfectamente Vicente.

¿Si Fernando Hierro hubiera estado la noche del alirón celebrando el alirón sin recriminarle nada a usted o a Florentino habría renovado?

La junta entendió que se hacía necesario un cambio de rumbo deportivo. Hierro entraba ya en la etapa final de su carrera y no me gustaría que concentrásemos el discurso en cuestiones extrafutbolísticas. No puede ser que un jugador que lleva 14 años en un club, y muchos de ellos como líder del equipo, pase a ser recordado por un episodio aislado de una noche.

Raúl, primer capitán. ¿Le ve mentalizado para el reto?

Raúl enfocó todas las etapas de su carrera bien, incluso cuando tenía 17 años, por lo que es evidente que el que acierta a esa edad puede seguir igual con 26. Raúl es el nuevo capitán y el vestuario está en buenas manos.

Además, salió reforzado de la noche de cuchillos largos del Txistu por ser de los que al final impuso la cordura.

Aquella fue una noche donde todo el mundo hizo lecturas exageradas. Se dijeron muchas tonterías sobre lo ocurrido. Yo estuve en todas las conversaciones y o estuve muy distraído o sólo se dijeron la cuarta parte de las cosas que he leído y escuchado.

Queiroz ha mostrado un perfil muy correcto, ese perfil bajo del que usted siempre habla.

A estas alturas conviene que aclare lo que quise decir con lo de perfil bajo. Se trataba de descartar para este proyecto a cualquier entrenador autoritario y proclive a ocupar el centro del escenario. Ahí sólo deben estar los futbolistas y necesitábamos un hombre que sea capaz de influir positivamente en el juego del equipo, pero sin que se sienta más importante que el club o los jugadores. Eso es el perfil bajo. De Queiroz sólo diré que es un hombre con mucho sentido común y eso lo proyecta en su modo de trabajar y de hablar. Estoy convencido de que Queiroz va a ser muy bien aceptado por todo el madridismo.

Carlos Queiroz tiene dos años de contrato, pero si le va mal y es destituido, ¿en ningún caso le veremos a usted de nuevo en el banquillo?

Yo nunca me lo he planteado. No me parece una buena idea. Si algún día bajo al banquillo y me va mal difícilmente volveré a mi responsabilidad actual. Y si me va bien, más difícil todavía. Me da la sensación de que sería una mala idea. Sólo sería planteable por causas mayores y eso no lo veo ni probable ni deseable.

¿Le sorprendió la magnífica reacción de Beckham ante todo lo que le rodeó?

David demostró ser un gran profesional en todo aquello que hay a su alrededor. Lo que va a sorprender mucho más es cuando se vea su profesionalismo excepcional en todo aquello que tiene que ver sólo con el fútbol. Es un hombre que trabaja con mucha intensidad, es un prodigio físico y tiene una gran responsabilidad en el cumplimiento de obligaciones tácticas. Son tres cualidades que no se han metido en el análisis de su fichaje porque su imagen es muy poderosa.

Defíname al Beckham futbolista.

Beckham ocupa un terreno muy amplio. Es muy obediente en el cumplimiento de sus funciones. En cuanto a aporte estrictamente futbolístico tiene visión, capacidad de pase y una gran potencia de tiro a larga y media distancia. Todo ello llena alguna de las carencias que nosotros tenemos. Desde 25 ó 30 metros el único capaz de tirar es Roberto Carlos. Por eso, Beckham desde ahí puede convertirse en un elemento desequilibrante más.

¿Y con Figo es compatible?

Sí, se pueden alternar de bandas durante un partido y poco a poco cogeremos los hábitos que nos conviertan en un equipo imprevisible. Asumirán distintos roles durante cada encuentro.

Ya no está Hierro. Un central hace falta como el agua de mayo.

Nos encontraremos más cómodos con otro central y si es de experiencia mejor. Es un puesto de alta responsabilidad y tenemos dos chavales jóvenes. Es mejor equilibrarnos.

Sí, pero con ese perfil están Ayala, Lucio o Samuel, que son muy caros.

Es complicado encontrar jugadores firmes y expertos que se adapten a nuestras dificultades económicas. Pero no nos pondremos nerviosos porque por primera vez en muchos años el tiempo juega a favor de los clubes. A medida que avance el verano los jugadores irán siendo más baratos.

Han ratificado a Portillo ante Morientes. Sintomático.

La política de ‘Zidanes y Pavones’ quedó clara hace tres años y cada temporada nos limitamos a subrayarla. El Madrid va en la dirección justa y va más rápido que nadie.

¿Subirá alguien más de la cantera?

Si conseguimos aligerar la nómina de jugadores y reducirla a 23, Borja subirá casi seguro.

Hábleme del siguiente, Ronaldinho...

Ronaldinho gusta porque es bueno, pero no es un objetivo inmediato. De aquí a la próxima temporada no queda un año, queda un siglo. De aquí a un año ya se verán cuáles son nuestras necesidades. Con que se hable un mes del próximo crack es suficiente, porque tirarse un año me parecería muy fuerte.

¿Fue difícil convencer a Beckham para que aceptase el 23?

En absoluto. Él nos dijo que el dorsal que le gustaría es el 7, pero que no se le ocurriría nunca reclamarlo estando Raúl. Le hablamos del 4 y el 23. Me pidió opinión y le dije que yo soy clásico y prefiero los números del 1 al 11, pero que entendía que ese esquema ha cambiado y la conciencia del aficionado actual ya acepta con facilidad cualquier número. Él dijo que era mala idea demorar la decisión. Y finalmente intervino su esposa para decir algo así: ‘A Jordan no le fue mal con el 23...’. Con eso sólo se puede estar de acuerdo. Me miró David y dijo: ‘Pues el 23’. El número nos remitía a una leyenda del deporte, pero si hubiera sido el 24 Beckham lo hubiera aceptado igual.

Pues nada, que descanse.

Será usted, yo no tengo vacaciones.