"El comentarista Andújar me pone nerviosísimo"

Fútbol | Ortiz de Mendíbil

"El comentarista Andújar me pone nerviosísimo"

"El comentarista Andújar me pone nerviosísimo"

José María Ortiz de Mendíbil (11-8-1926, Portugalete, Vizcaya) es el segundo árbitro español con más partidos dirigidos en Primera: 241 entre 1954 y 1973. Sólo le supera el navarro Zariquiegui (248). Pitó finales de la Eurocopa de Naciones, de Copa de Europa, la Intercontinental, dos de Recopa, una semifinal de un Mundial y una final de un Mundial juvenil. Fue el primer árbitro en juzgar en televisión la labor de sus colegas, con la famosa Moviola de TVE. Fue un pionero.

¿Qué tiene o que tuvo el arbitraje vasco y navarro para ser el dominante?

Quizá un gen especial... En su día, cinco de los siete árbitros internacionales éramos de allí. Tres, vizcaínos, Gardeazábal, Gómez Arribas y yo; uno, guipuzcoano, González Echeverría, y otro navarro, Zariquiegui. Los otros dos eran Azón, catalán, y el madrileño Caballero.

¿Y todos ya eran del Madrid?

Nosotros siempre hemos vestido de negro. El negro del Madrid es marketing. El auténtico es el nuestro.

¿Cuántos árbitros hinchas de un club ha conocido?

Ninguno.

Ande, José Mari...

De chavales todos somos de un equipo. Yo, del Portugalete y del Athletic. Y por aquello del paisanaje no los pude arbitrar nunca. Con el tiempo se te quitan ciertas euforias y acabas siendo sólo hincha de ti mismo.

¿Tanto le cuesta al árbitro darse cuenta de que se ha equivocado?

No. Te pasa como con la diarrea, que te das cuenta rapidito de que la tienes.

¿Hoy es más difícil arbitrar?

La diferencia es que los intereses de ahora valen más. Clasificarse o no para la Champions League es un mundo para cualquier club; antes, ser segundo o cuarto tenía muy poca importancia.

Dicen los de ahora que se sienten más vigilados.

Sin duda, pero eso redunda en beneficio del fútbol y del propio árbitro. Todo lo que sea exigir supone que la gente se ve obligada a hacer un esfuerzo para estar mejor preparada. El árbitro se equivocará siempre, pero una cosa es equivocarse y otra no acertar: el que no acierta es que no sabe; errores los cometemos todos en la vida... El que se equivoca menos es el mejor, el que estará más valorado.

Dice la cátedra, Díaz Vega y demás, que nuestro arbitraje es el mejor.

Los hay buenos y malos, como siempre. Mejuto, Iturralde, Daudén o Undiano, habrían sido buenos en mi época, como Zariquiegui, Gardeazábal o Guruceta habrían tenido cabida hoy. En el fondo, lo de bueno o malo lo dice el palmarés. Hay tíos que sacan pecho y no es que no hayan ganado a nadie, ¡es que no han empatado siquiera! Palmarés, el de Eddy Merxck en el ciclismo, por ejemplo.

El de usted era grande y cuando lo de la moviola lo pusieron a caldo.

¿Sabe quiénes? Pues la mayoría de esos que en cuanto un medio de comunicación les ha ofrecido comentar los partidos han ido sin perder un minuto. Don Moviolo me llamaron a mí... Me da pena que quien tanto criticó aquello se dedique a sentar cátedra sin ser catedrático. En cierta ocasión la revista Don Balón le preguntó a Saiz Elizondo sobre el particular y contestó: "Si les propusieran a los ex árbitros comentar partidos, habría cola". Acertó. Y actualmente, excepto López Nieto, los demás no han empatado con nadie. Es muy difícil dar lecciones a través de la radio o la tele y no confundir a la gente.

Por ejemplo.

Hablan de administrar las tarjetas. No, mire usted, administrar se administra el dinero: la tarjeta es la misma en el primer segundo de partido que en el último. Luego está lo de la amonestación verbal: falso, no existe. También salen con eso de que ¡y consintió el juego duro! No, no consintió nada: el juego duro está aceptado por el Reglamento; lo que no se consiente es la violencia, la peligrosidad. También hablan de tiempo de alargue cuando es tiempo de recuperación, di recuppero que dicen los italianos. Se recupera el tiempo perdido a final de cada parte, no se añade nada. Hablan de cosas que no existen, no hacen ningún favor al arbitraje.

¿Sería partidario de que los ex árbitros no comentaran partidos?

Soy partidario de que comenten bien, como soy partidario de la autopsia, que permite extraer una serie de conclusiones y avanzar en un sinfín de conocimientos aunque el muerto no resucite. Es como eso tan manido del compañerismo: esto y la velocidad se demuestran andando. Recuerdo cuando unos árbitros de Valencia fallecieron en accidente de tráfico, por Andalucía. Segrelles, árbitro valenciano, y yo les organizamos un partido de homenaje... ¡y no participaron ni los árbitros en activo de entonces ni la organización arbitral! Y eso que jugaron Di Stéfano, Pepillo, Fusté...

Usted salió a hombros del Bernabéu. Ni que fuera Casillas. ¿Cómo fue aquello?

Sucedió después de pitar la final de la Copa de Europa entre el Milán y el Ajax (4-1) Un grupo de mozalbetes saltó al campo y sí, me sacó a hombros. Y no fue esa la única emoción de la noche. De pronto se presentó en nuestro vestuario el señor Samaranch, que era el delegado nacional de Deportes. Le presenté a mis jueces de línea, el catalán Herrero y el madrileño Álvarez Martínez, que se retiraban del arbitraje aquella noche. Pedí para ellos la medalla al Mérito Deportivo. ¿Si se la dieron? Pues no lo sé, me supongo que sí.

¿El Reglamento es perfecto?

Lo es menos en dos cosas: una, que debería estar prohibido retroceder a campo propio y, dos, que al estilo de lo que ha hecho el baloncesto, el cronometraje y las anotaciones no deben ser tareas del árbitro del partido sino de otras personas. El juego sería mucho más ágil.

Dice que López Nieto tiene palmarés y es verdad. ¿Pero se explica bien?

Entiendo que sí. También se explica bien Díaz Vega, cuyos conocimientos se han puesto en tela de juicio y la verdad es que los tiene y grandes. También está Pérez Sánchez, un estudioso. No fue figura, pero se le puede oír. No me gustan los que descalifican y me pareció fatal que a raíz del penalti de Marchena a Raúl saliera Pes Pérez diciendo que quien no había visto penalti en esa jugada es que tiene Alzheimer. ¡Caridad y respeto para los que atraviesan por ese trance y para sus familias!

Rescatemos la moviola: juzgue lo de Marchena y Raúl.

Primero hay falta de Raúl y luego penalti, efectivamente.

¿Cuestión de apreciación?

Ahí le duele. Si hablamos de apreciación, máximo respeto. Otra cosa es si la pelota ha salido del campo o no ha salido, si ha entrado o no en la portería. Para esto sí echaría mano yo de los medios audiovisuales. Para saber si fue o no gol, no para comprobar si hubo fuera de juego o penalti.

Entre todos los comentaristas, ¿quién es el que más nervioso le pone?

Me pone nerviosísimo el comentarista Andújar. Era un anticomentarista y ya ve... Tiene una manera de hablar tan insólita que inventa palabras que no están en el diccionario ni en el Reglamento. También está De Loza, con eso tan suyo de "mi parece que..." Y Ramos Marcos, ¡ah, Ramos! Hablaron durante un tiempo de crear e impulsar la Asociación Nacional de Árbitros de Fútbol y que una de sus batallas fuera precisamente contra los comentaristas. Pero les llegó una oferta y se cambiaron de lado. OK, pero que no confundan a la gente.

Hablábamos de la Moviola.

Nació en 1974 y formábamos pareja Pedro Ruiz y yo. Pero fue sólo por un programa, pues Pedro se marchó y le sustituyó Juan Antonio Fernández Abajo. Se la acabó cargando el Comité Arbitral que presidía Plaza. No le gustaba y consiguió que se archivara. Formaba parte del Estudio Estadio de entonces, la España de una única televisión.

¿Cuál fue el lío más gordo entonces?

La moviola se hizo famosa a raíz de un Sevilla-Real Madrid por un gol del alemán Breitner, que se dijo había entrado por fuera, al estar rota la red. Demostramos que no, que fue gol legal pues de haberse colado desde fuera, en el momento en que la pelota pasa por el poste debería quedarse cegada y no fue así. No había el despliegue televisivo de ahora, pero se sabía cuando el árbitro erraba, pues lo metían en la nevera; lo sancionaban, vamos.

Hoy funciona poco la nevera.

Es que han mejorado muchísimo los otros electrodomésticos...

Pero escasean las vocaciones, dicen.

Precisamente cuando más pagan... El árbitro forma parte del pastel; es muy natural que se lleve eso, su parte.

¿Vislumbra un final de Liga tranquilo?

Ojalá que sí y que acabe ganando el fútbol. Y en la Eurocopa, suerte para Mejuto y a ver si le pasa lo que a mí y le dan la final. Yo pité la del 68, entre Italia y Yugoslavia.

Si pudiera, ¿volvería a ser árbitro?

Sin duda. En casa nos ha gustado el deporte a todos y el árbitro es un deportista. De todas maneras, la crack de mi familia es Elvira, mi mujer, que durante cuatro años seguidos ganó todos los torneos de golf en que participó, entre ellos cuatro campeonatos de España, dos Internacionales de España y un junior. Uno de mis hijos fue árbitro internacional de hockey hielo, otro campeón de España de este deporte y de culturismo... Y mi hija Carmen, que hubiera sido la mejor. En casa está la dedicatoria que unas compañeras le hicieron a mi mujer el día que se retiró del deporte: A Elvira Larrazabal, Madre Coraje. Eso pone. Su hija la necesitaba más que el golf...

Pues muchas gracias, don José Mari.

Gracias a usted por haberse molestado.

¿Leyó usted la entrevista con Carboni?

Claro. Me encantó, especialmente ese final del jugador, ese darle las gracias al periodista por molestarse en charlar con él.

¡Pues que Gora Euskadi, señor Ortiz de Mendíbil!

Diecinueve temporadas en Primera

José María Ortiz de Mendíbil debutó como árbitro en Primera División en 1954. Desde entonces y hasta su retirada en 1973, el colegiado dirigió un total de 241 partidos en Primera, con un balance de 138 victorias locales, 59 empates y 44 victorias visitantes. Ortiz de Mendíbil arbitró numerosos encuentros internacionales, entre ellos, la final (replay) de la Eurocopa de 1968 entre Italia-Yugoslavia (2-0) y la final de la Copa de Europa de 1961 entre Milán y Ajax (4-1). Además, estuvo en el Mundial de México 1970. Entonces dirigió el 5-2 de Alemania a Bulgaria y la semifinal Brasil-Uruguay (3-1).