Barack Obama ha querido disimular su derrota personal y el fracaso de Chicago conformándose con que, al menos, los Juegos de 2016 se celebrarán en América: "Como vecinos que somos y como amigos de los brasileños nos felicitamos porque serán los primeros Juegos Olímpicos en el sur de nuestro continente. Es una extraordinaria demostración del progreso que se ve en América".

El presidente dijo estar, tras su regreso de Copenhague, defraudado por el resultado de las votaciones, pero muy "orgulloso de la ciudad de Chicago, de los voluntarios, del alcalde Richard Daley, de la organización y de la candidatura que se presentó. Pero como sucede en el deporte, muchas veces no siempre se puede ganar".

A Obama no le gusta perder en nada y por eso desde el avión presidencial que le trasladaba a Washington envió a Lula da Silva un mensaje: "Le he felicitado y le he dicho que nuestros atletas y los suyos se verán compitiendo en el 2016". Y para acallar las críticas de sus rivales políticos, que le recuerdan que hay asuntos más importantes a los que debe dedicar su tiempo, les dijo que "siempre vale la pena promover y apoyar a Estados Unidos e invitar a que el mundo vea cómo es".