Luis Drazen Figo

Luis Drazen Figo

Ni jeroglíficos tácticos enrevesados, ni Ronaldo y Kluivert. El clásico de los clásicos se decidirá hoy en la trinchera de la banda derecha, en la que Luis Figo se ahogó hace dos años en un Camp Nou que se convirtió en un concurso de chillidos histéricos al estilo de los conciertos de los Beatles en los maravillosos 60. Amigo Guasch, el jueves te leí que Figo ni siquiera debería haber viajado a Barcelona. Creo que te equivocas. Figo tiene la llave de la victoria. Curado de espanto como está, debe convertirse en la kryptonita que deje sin fuerza ni argumentos al Barça a costa de provocar el desangramiento de esa grada que vomitará fuego en cuanto que vea aparecer su blanca camiseta con el 10 a la espalda.

Figo debe ser esta noche ese héroe desafiante que altere a las masas como aquel Drazen Petrovic que desquiciaba a mis amigos en el pabellón Saporta en aquellos Madrid-Cibona inolvidables. Figo, tira los córners con parsimonia, gústate y provoca la afonía de ese estadio enloquecido. Ferrándiz hacía algo parecido en los partidos que su Madrid jugaba en Badalona. Que te insulten Luis, que la confusión será aprovechada por Raúl, Ronaldo y Roberto Carlos para profanar la guarida de Bonano. Figo, estamos en tus manos. No te arrugues, sonríe y ponte las manos en las orejas como Riquelme. ¿Te imaginas la que se liaría?