Quedaban poco menos de tres minutos cuando Larry Fitzgerald anotaba un touchdown memorable de 64 yardas que ponía el corazón en un puño a todos los aficionados de los Steelers. Los Cardinals, que hasta ese momento habían sido una caricatura de sí mismos en manos de sus rivales, se ponían por delante en el marcador: 23-20.
Ésa fue la única jugada del partido en la que los Cardinals mostraron el potencial de su juego de ataque. Todos los receptores se abrieron a las bandas para dejar el centro limpio a Fitzgerald que, en una ruta cruzada, capturó un pase magnífico de Warner y se fue solo hasta la zona de anotación.
Pero sólo fue un espejismo. Los Steelers tenían tres minutos para remontar, y es en esas situaciones donde su quarterback, Roethlisberger, se ha ganado el apodo de Big Ben.
Además, la defensa de Arizona volvió a enseñar, en esos minutos decisivos, todas las carencias que había mostrado durante el partido. Fallaron placajes y perdieron marcas para que sus rivales atravesaran el campo y Santonio Holmes, el MVP del partido, cogiera un pase de seis yardas en la esquina de la zona de anotación por encima de tres despistados defensores; 27-23 y punto final. Los últimos estertores de Arizona sólo sirvieron para aumentar la carga de adrenalina de cara a la celebración final de los campeones.
Problemas en defensa.
Todo lo anterior fue casi un monólogo de los Steelers en estado puro y en su salsa. Presionaron el ataque de los Cardinals, que no jugó a gusto hasta el último cuarto, y demolieron a una defensa rival que en campo abierto jugaba tan al límite que caía una y otra vez en penalizaciones. Los Cardinals sólo lograban parar al ataque rival cerca de la zona de anotación, pero también ayudaba el conservadurismo de Pittsburgh, que prefería los tres puntos del field goal, consumir tiempo y evitar jugadas de riesgo.
Con ese guión y con cierto sopor, transcurría el partido. Los Steelers se encontraban cómodos con el marcador igualado y los Cardinals eran incapaces de imponer su juego. Además, cuando Arizona tuvo la oportunidad de adelantarse antes del descanso, un pase de Warner fue robado en la zona de anotación por James Harrison, que corrió el campo entero, con el reloj a cero, para anotar el touchdown de intercepción más largo de la historia de una Super Bowl.
Los Cardinals sólo despertaron al final, y no pudieron impedir que los Steelers ganaran su sexta Super Bowl.
Sanntonio Holmes fue elegido MVP
Santonio Holmes, que con su recepción in extremis dio el triunfo a Pittsburgh, admitió en los días previos que en su juventud vendió drogas. "Mis amigos las vendían y yo también, para comprarme zapatos y joyas", dijo el redimido MVP de la Final.
Carrusel volvió a retransmitirlo
Carrusel Deportivo volvió, por quinto año consecutivo, a vivir la fiesta de la Super Bowl. Desde las 01:00 horas de la noche, Paco González y todo el equipo del programa volvieron a hacer "la noche más infame de la radio española". Así presentó Pepe Domingo Castaño una madrugada llena de risas y buen humor.
